Buenos días, Alberto. Para iniciar nuestra charla, nos gustaría que nos introdujeras a Grupo TAHONA y el sector en el que operáis.

En Grupo TAHONA, nos especializamos en la producción de alimentos de primera calidad, destacando en el ámbito de la bollería y pastelería. La singularidad de nuestros productos reside en su facilidad de preparación: se descongelan y están listos para disfrutar, sin necesidad de procesos adicionales. Desde nuestros inicios, hemos identificado una demanda creciente de este subsector. En grupo Tahona nos enfocamos especialmente en campañas destacadas como Navidad o Pascua, dónde producimos además de nuestra oferta, productos específicos como el Roscón de Reyes, Monas de pascua, torta de pasas y nueces… A diferencia de otras empresas, para nosotros estas campañas representan el núcleo de nuestro negocio, constituyendo alrededor del 70% de nuestras operaciones.

Colaboramos principalmente con grandes cadenas de distribución de una forma muy personalizada. Nuestro sector se sustenta en la artesanía y la tradición, pero también reconocemos la importancia de la innovación y la eficiencia para satisfacer la demanda de nuestros clientes y mantener nuestra relevancia en el mercado.

“buscábamos una maquinaria adaptada al producto y sus necesidades; y no tener que adaptar el producto a la máquina.

Antes de sumergirse en la automatización industrial, ¿cuáles eran los retos que enfrentaba Grupo TAHONA?

La rentabilidad siempre ha sido nuestro gran reto, ya que nuestro modelo implica mucha complejidad operativa a todos los niveles (aunque ya es parte de nuestra esencia y nuestra normalidad). Por eso todo en TAHONA está meticulosamente calculado: desde la planificación, hasta los costes directos e indirectos. La menor desviación impacta directamente en nuestro margen.

Antes de la automatización, otro gran desafío era mantener la calidad constante a gran escala. Buscábamos soluciones que nos permitieran crecer industrialmente sin sacrificar la excelencia de nuestros productos. Decirlo es sencillo, hacerlo realidad es un camino complicado.

¿Por qué OKOA para llevar a cabo esta transformación hacia la automatización?

La necesidad de expansión rápida fue el detonante; el mercado nos exigía más capacidad y más producto. OKOA llevaba tres años colaborando con nosotros en proyectos menores, siempre resolviendo con éxito nuestras necesidades. Ellos nos propusieron optimizar nuestras líneas de producción con un enfoque integral que satisfacía nuestras expectativas y necesidades. Nos dieron la confianza para embarcarnos juntos en este proyecto.

¿Cuál ha sido el impacto de la automatización en Grupo TAHONA?

La transformación ha sido palpable. Hemos implementado espirales, una nueva línea y, soluciones de embalaje y puesta a punto. Hemos elevado nuestra eficiencia operativa, la calidad del producto y nuestra capacidad de producción. Lo que más destacaría es la mejora en la calidad, que ha tenido impacto en la satisfacción de nuestros clientes.

Desde el principio teníamos claro que buscábamos una maquinaria adaptada al producto y sus necesidades; y no tener que adaptar el producto a la máquina. Eso es exactamente lo que hemos logrado.

 Con tu visión experta, ¿cómo imaginas el futuro de los procesos productivos en la industria alimentaria?

Estamos en medio de una revolución industrial centrada en la automatización e industrialización. La complejidad creciente en la producción y producto requieren perfiles altamente cualificados. La automatización y la innovación tecnológica van en aumento, lo que, sin duda, cambia el panorama laboral. A pesar de que puede disminuir la cantidad de empleos, la inversión en talento especializado seguirá siendo primordial para las empresas.

”La automatización debe ser vista como una oportunidad para asegurar la singularidad del producto y mantener el posicionamiento diferenciador de la marca.”

Por último, Alberto, si tuvieras que ofrecer un consejo poco convencional pero valioso a empresas que están contemplando invertir en automatización industrial, ¿cuál sería?

Diría que miren más allá de la eficiencia y los costes iniciales. La calidad nunca debe perderse de vista. La automatización debe ser vista como una oportunidad para asegurar la singularidad del producto y mantener el posicionamiento diferenciador de la marca. Encontrar el equilibrio entre eficiencia y artesanía es crucial. El mercado ofrece numerosas soluciones, pero son pocos los socios verdaderamente fiables para emprender un proceso de transformación exitoso. En nuestro caso, el éxito radicó en encontrar un socio que comprendiera el negocio y sus particularidades de forma global. OKOA ha sabido diseñar y automatizar nuestros procesos manteniendo su esencia artesanal.

“OKOA ha sabido diseñar y automatizar nuestros procesos manteniendo su esencia artesanal.”

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