De la incertidumbre a la trazabilidad: caso real de transformación en gestión de activos

En muchas industrias, la gestión de activos sigue siendo un área pendiente. Equipos registrados en un Excel, documentación dispersa, mantenimiento reactivo y una sensación constante de falta de control. Esta era exactamente la situación de uno de nuestros clientes cuando iniciamos el diagnóstico inicial con nuestros checklist de madurez.

Su sistema consistía únicamente en un listado básico con 206 activos. El área de mantenimiento operaba sin visibilidad real ni criterios objetivos. A nivel de gestión de activos, se encontraba en el nivel más bajo de nuestra escala: «en desarrollo».

Diagnóstico claro, acciones concretas

Desde OKOA propusimos un plan de acción basado en cinco líneas clave:

1. Inventario técnico completo

Realizamos un mapeo exhaustivo de la planta, identificando un total de 784 activos reales. Creamos un árbol jerárquico de máquinas estructurado por zonas, procesos y criticidad.

2. Documentación técnica centralizada

Cada activo se documentó con:

• Fotografías y datos de placa
• Parámetros de funcionamiento: consumo, velocidad, escenarios de uso
• KPI por activo
• Información de disponibilidad operativa

3. Plan de mantenimiento preventivo

Desarrollamos un plan adaptado a cada máquina que incluye:

• Acciones detalladas, tiempos, materiales y personal implicado
• Instrucciones en formato visual (vídeo y PDF)
• Asignación por especialidad técnica
• Frecuencia y componentes asociados

4. Gestión documental vinculada a activo

Mediante tecnología NFC y códigos QR, se habilitó el acceso directo a toda la documentación desde cada máquina, con visualización y consulta a través de Power BI.

5. Dimensionamiento de recursos

Generamos un mapa de calor para visualizar los tiempos disponibles por equipo y los recursos necesarios para ejecutar el plan de mantenimiento sin comprometer la producción.

Además, se incorporó una solución IoT tipo SCADA para visualizar en tiempo real el estado de activos críticos y disponer de alertas en caso de desviaciones.

Resultado: salto cualitativo en madurez operativa

En apenas unos meses, el cliente pasó de una gestión basada en intuición a un modelo estructurado, trazable y conectado. Hoy se sitúa entre los niveles «avanzado» y «excelencia» en gestión de activos, con un equipo técnico que trabaja con mayor autonomía, menos urgencias y más foco en la mejora continua.

¿Dónde estás tú en esta escala?

Si te reconoces en la situación inicial de este caso, te invitamos a empezar por un diagnóstico sencillo. El primer paso es ver con claridad.🔗 Solicita un diagnóstico aquí